Que pena que el
hombre pierda su memoria historica. Que pena que nos olvidemos de donde venimos
y a donde hemos ido. Que pidamos para nosotros lo que no sabemos dar, en nombre
de una dignidad de la que desconocemos el significado.
Que lastima que
pensemos que somos diferentes, que merecemos mas de lo que tenemos. Que
pensemos que las fronteras debieran de ser como los muros que ya hemos olvidado
que fueron destruidos por ser considerados contra la humanidad.
Que pena que se nos
hundan todos los dias los barcos a pocos metros y nos estemos acostumbrando.
Que la muerte nos de miedo solo si nos entra por la puerta de casa. Que pena
que se nos olvide que en barcos salimos un dia y muchos ya no volvieron. Que se
nos olvide que nosotros, o quien amamos, vivimos en paises que no son los
nuestros, que no sabiamos la lengua y que recibiamos solo desprecio, y que lo
que tenemos lo ganamos porque alguien nos recibiò.
Que pena que derribemos
fronteras y construyamos otras. Que en un mismo pais se luche por estar
separados. Porque en realidad todos los
paises nos parecemos en algo, somos igual de egoistas, de ingorantes (de los
que ingoran muchas cosas), desmemorados y voluntariamente ciegos.
Pasan y cambian los
siglos, los años, las épocas, los motivos y las distancias. A lo mejor es que tambien
cambia el corazòn del hombre.
Que pena que se nos vaya a olvidar mañana lo
que vivimos ayer.
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