giovedì 21 novembre 2013

De barcas y memoria.

Que pena que el hombre pierda su memoria historica. Que pena que nos olvidemos de donde venimos y a donde hemos ido. Que pidamos para nosotros lo que no sabemos dar, en nombre de una dignidad de la que desconocemos el significado.
Que lastima que pensemos que somos diferentes, que merecemos mas de lo que tenemos. Que pensemos que las fronteras debieran de ser como los muros que ya hemos olvidado que fueron destruidos por ser considerados contra la humanidad.
Que pena que se nos hundan todos los dias los barcos a pocos metros y nos estemos acostumbrando. Que la muerte nos de miedo solo si nos entra por la puerta de casa. Que pena que se nos olvide que en barcos salimos un dia y muchos ya no volvieron. Que se nos olvide que nosotros, o quien amamos, vivimos en paises que no son los nuestros, que no sabiamos la lengua y que recibiamos solo desprecio, y que lo que tenemos lo ganamos porque alguien nos recibiò. 
Que pena que derribemos fronteras y construyamos otras. Que en un mismo pais se luche por estar separados.  Porque en realidad todos los paises nos parecemos en algo, somos igual de egoistas, de ingorantes (de los que ingoran muchas cosas), desmemorados y voluntariamente ciegos.
Pasan y cambian los siglos, los años, las épocas, los motivos y las distancias. A lo mejor es que tambien cambia el corazòn del hombre.
 Que pena que se nos vaya a olvidar mañana lo que vivimos ayer. 



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